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LA REALIDAD SUPERÓ AL SUEÑO

El ambiente festivo estaba saturado de recuerdos, de vivencias de antaño, de sueños hechos realidad, de frutos recogidos desde casi treinta años que un sacerdote “creyente”, esparció sus semillas por Honduras, convirtiendo las tierras de barbecho en tierras frondosas, sembrándolas con la mejor semilla del seleccionada que contagia a sus obreros: el amor hacia los demás.

Todo sucedió en el “Complejo Los Castaños” de Huéneja, en donde, como dirían los romanos, los hados se habían confabulado, para festejar aquel encuentro del 4 de junio de 2022, que junto a la fresca brisa que exhalaba un riachuelo que pasaba por allí con su rutinario itinerario, un racimo de personas unían sus anhelos, sus debilidades, sus deseos de remediar las deficiencias de este mundo materialista, encarnadas en los más necesitados, en los más vulnerables y excluidos de esta sociedad.

Todo discurría con normalidad, hasta llegada la hora de la celebración de la eucaristía concelebrada por los sacerdotes misioneros “creyentes”: Don Salvador de Cortes de Baza, quien se deja llamar cariñosamente como Salva; Don Elías, alpujarreño y responsable del Centro Diocesano de obras misioneras de Granada; Don Enrique, hermano hondureño y uno de los primeros frutos de la cosecha de ACOES; Don Patricio, sin encontrar palabras para poder calificarlo con justicia, y la mención al párroco de Huéneja que debido a sus obligaciones parroquiales sólo pudo acercarse a apoyar el encuentro al final de la jornada.

Fue la hora de la consagración, cuando se hizo presente un Aura Espiritual que envolvía con su magia los corazones de los presentes, que fundidos en una sola pieza se elevaban al cielo como un halo de humo blanco, buscando La Paz espiritual que todo humano anhela y necesita.

En este silencio celestial, cuando la hostia consagrada se elevaba con toda su fuerza espiritual, sólo se apreciaba el trino de un ruiseñor que rompía con brío, aquella quietud placentera que no se puede describir, más que habiendo estado presente en aquel acto tan idílico.

Transcurridos unos segundos y volviendo a respirar profunda y nuevamente, el conjunto musical compuesto por su mayoría por jóvenes hondureños nos agasajaron con un ramillete de canciones que enternecieron las virtudes de los presentes, hasta tal punto, que las emociones se delataban con lágrimas vergonzosas que ocultábamos para que no discurrieran a raudales por los ya avanzados surcos de la edad marcados sobre las mejillas.

Algunos de los presentes hondureños y españoles desplazados a Honduras relataron con un nudo en sus gargantas cuantas adversidades habían atravesado sus vidas. También se les hizo mención a todos a los que no pudiendo asistir, pero que hicieron y siguen haciendo posible este proyecto de ACOES, cada uno desde sus posibilidades. Y yo, de forma particular conecté mentalmente con Eugenio de Tíjola, que con tanta ilusión le hubiera gustado estar con nosotros, pero que sus impedimentos físicos le obligan a renunciar a muchos eventos físicos, pero nadie puede arrebatarle su espíritu de colaboración y esfuerzo que siempre le acompaña y contagia a los demás.

Luego, además del arroz delicioso que la generosidad del pueblo de Huéneja nos ofreció a través de sus representantes concejales y de su portavoz el Sr. alcalde, también añadimos a nuestro merecido estómago todas las viandas y cuantos manjares aportaron los asistentes, para que tanto los mayores, los jóvenes hondureños, muchos de ellos ya asentados en nuestro país o realizando en nuestras universidades sus másteres, y los muchos niños que se divertían atrapados en los columpios y toboganes, diéramos rienda suerte a nuestro apetito, bajo la fresca sombra de las amplias hojas los castaños milenarios, impregnados también ellos con el espíritu de cooperación y esfuerzo de ACOES.

! Algo parecido debe de ser el disfrute del cielo!

PD. Hay quienes piensen que mi crónica es producto de mi imaginación, de visionario charlatán, de chamanes ancestrales, pero doy fe que por mi formación de licenciado en Psicología, de mi profesión con la honra de haber sido maestro y de pretender cada día con el estudio dilucidar los límites entre las emociones del cuerpo, de la mente y del espíritu, soy consciente de mis afirmaciones.

Huéneja a 4 de junio de 2022

Fernando Quirantes Alonso

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