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JOSÉ LUIS DELSO: EL HOMBRE QUE RENUNCIÓ A TODO POR AMOR A LOS MENOS FAVORECIDOS

JOSÉ LUIS DELSO PRIETO

Decidido, solidario y con un liderazgo nato, así es José Luis Delso, quien dejó su familia, amigos y trabajo para dedicar su vida al servicio de los menos favorecidos.

Su único motivo de dejar todo y compartir su vida con los pobres es “DIOS”. José Luis considera que nunca hubiera creído cómo un sacerdote tan joven pudo llevar a cabo una obra tan grande. «Yo le digo a veces al Padre Patricio que cómo lo hizo, y él siempre me responde que no lo sabe, que solo tiene una explicación: que Dios le ha acompañado siempre y ha velado y sigue velando por ACOES».

Este fuerte llamado lo llevó a replantearse su vida, poniendo a Dios por encima de todo. Para él, la mejor manera de demostrar esa devoción era dedicando su vida al servicio de los demás, en especial de los más necesitados.

José Luis tiene una formación académica sólida, con estudios en Derecho, Magisterio y un Máster en Recursos Humanos, Marketing y Comunicación. Tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar en el mundo corporativo, específicamente en un banco, pero pronto descubrió que su verdadera pasión era trabajar con las personas. «He trabajado como Director de RRHH en 6 empresas, la última Blackstone, durante 11 años».

Fue precisamente en este entorno corporativo donde conoció el proyecto de ACOES de una manera inesperada. Un reporte de prensa publicado en un medio español captó su atención con el titular: “Álvaro Ramos, el misionero español que defiende a Blackstone”. Motivado por la curiosidad, José Luis decidió ponerse en contacto con Álvaro a través de LinkedIn.

Decisión de viajar a Honduras

La curiosidad lo motivó a dar el siguiente paso, y lo que comenzó como una simple pregunta, pronto se convirtió en una acción decisiva. Tras recibir más información, Delso viajó a Honduras para conocer de primera mano el trabajo de ACOES. “Ese mismo verano me fui a Honduras, fue increíble: todo lo que me había contado Álvaro era verdad”.

De regreso en España compartió su experiencia con todo el mundo, una vivencia que lo conectó nuevamente con su propósito de ayudar a los demás, algo que había sido parte de su vida desde joven. De hecho, su formación espiritual comenzó en la congregación de los Salesianos y a los 12 años quiso adentrarse al mundo del sacerdocio, pero la vida llevó a un camino diferente siempre con la idea de servir a los más necesitados.

Primera incursión en el trabajo social y ONG

Después de dejar la Congregación, José Luis comenzó a trabajar con los pobres. Primero dio cenas en un hogar de transeúntes y más tarde fundó una ONG llamada “Amigos de la Casa Den Kanu” en Burkina Faso, donde construyeron un hogar para bebés huérfanos. “De esto hace ya más de 20 años. Posteriormente estuve recogiendo dinero para construir pozos en la India”. Esto fue solo el comienzo de su compromiso con los más vulnerables, y como él mismo dice: “Siempre supe que tarde o temprano sería misionero”.

Por otra parte, la decisión de dejar atrás su vida en España no fue fácil. La idea de alejarse de su familia, especialmente de su hija, fue uno de los mayores retos que enfrentó. “Era una decisión muy complicada. Dejar a mi hija para ayudar a los demás me parecía que podría no ser coherente y renunciar a la paternidad que Dios me había permitido”. Sin embargo, fue su hija Paula quien lo animó a dar el paso. «Me dijo que se sentía muy orgullosa de mi decisión y que, aunque la distancia le daba pena, no le causaba ningún trauma».


«Yo siempre digo que los verdaderos misioneros son nuestras familias”.

Gracias al apoyo de su familia, José Luis pudo seguir adelante con su misión, y hoy, tanto su hija como su padre han visitado Honduras, llevándose una experiencia invaluable de la labor que se realiza en la Fundación.

El ahora misionero, considera al proyecto de ACOES como obra de Dios hecha realidad en los niños y jóvenes de Honduras. Hoy, José Luis reside en las instalaciones de la Fundación, donde ayuda en la gestión de varios proyectos y comparte su vida con los jóvenes. “Me encanta estar con los jóvenes, hablar y compartir con ellos. Pero, más concretamente, estoy gestionando de manera integral el proyecto de capacitaciones internas y el área de RRHH”.

El impacto de la situación en Hondura

Durante su estancia en Honduras, ha sido testigo de muchas situaciones que lo han impactado profundamente. La injusticia y la falta de propuestas para hacer de este país un lugar mejor para vivir: la gente es buena, el clima es maravilloso, los paisajes son insuperables y hay recursos de todo tipo”.


A pesar de los desafíos, José Luis sigue comprometido con su misión, convencido de que la mejor forma de llenar el vacío de la vida es a través del amor y el servicio.

Como todo misionero decidido, nos deja un gran mensaje: “No hay que vivir cómodamente en el vacío, sino buscar una forma de llenarlo: compartir, colaborar, ayudar… en definitiva, AMAR”.

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